Juan Vicente Franco Ramos, Palmeira (1962).
Embarcó a los 20 años en el puerto de Canarias (P. La Luz) en un barco de pesca que ponía rumbo a las aguas de Marruecos. Después de una marea que duró un año embarcado y sin coger vacaciones, se dio cuenta que el mundillo de la pesca, a pesar de ser muy sacrificado y peligroso, le gustaba. Estudió náutica consiguiendo el rango más alto que se puede obtener en la pesca, Capitán.
Nunca se interesó por la Marina Mercante, y a raíz de ello no llegó a embarcar en los buques pertenecientes a esta modalidad. También estudió Patrón Mayor de Cabotaje. Hizo travesías por las aguas del Norte de África y Sudáfrica. Su mayor aventura y experiencia en el mundo de la mar fue cruzar el Atlántico en un barco con ruta desde España a Argentina, llegando a las Islas Malvinas.
Pero el camino no fue de rosas, sino más bien espinoso. Para ejercer como Capitán tuvo que pasar por las plazas más bajas de a bordo, marinero, bodeguero, contramaestre, patrón y Capitán llegando a formarse muy bien en todos los puestos.
A pesar de estar a punto de perder su vida en 6 ocasiones en alta mar, la pesca le seguía apasionando. Al llegar a lo más alto y la vida en la mar ya era lo más interesante para él, estando faenando en aguas marroquíes la desgracia apareció en su destino, una enfermedad imprevista que iba a cambiar el rumbo de su vida. Los facultativos le aconsejaron que dejara ese mundo que él tanto amaba por el bien de su salud. El mundo se le vino abajo.
A partir de ahí tuvo que empezar de cero en tierra firma. No perdió el tiempo, cursó un máster en Técnico de Prevenciones en Riesgos Laborales y Formación de Auditorías de Sistema de Gestión de Prevención de Riesgos Laborales, y otros cursos con los que le permitieron seguir trabajando en la mar. En resumen, se pasó toda su vida laboral haciendo lo que a él le gustaba, estar encima del charco.
Una vez retirado, como le sobraba tiempo, se aventuró a escribir como aficionado unos libros que iban destinados para todos los estudiantes de náutica profesional y recreo, ya que también es Capitán de Yate, editando cuatro tomos de navegación (Ideas prácticas y Problemas resueltos de Navegación).
Más tarde se aventuró en otros llegando a autoeditar Viaje de un esquizofrénico, Vidas rotas, Catorce horas en un calabozo, La Justicia Divina y 400 chistes.